El domingo 8 de julio, después de
tres años de interrupción, vuelve a celebrarse una nueva edición de la marcha
cicloturista Uxama. La fecha se ha adelantado un par de semanas respecto a las
anteriores ediciones y he podido cuadrarla entre los viajes a Pirineos y
Cáceres.
La representación adnamantina
desplazada para la ocasión es de nueve participantes, y también están en la
salida dos compañeros de trabajo, Andrés y Ángel, venidos de Segovia y Palencia.
A las 09:00 iniciamos la marcha
camino de Ucero y la ascensión poco después del alto de la Galiana. Subida
donde disfrutamos de las bonitas vistas del cañón del río Lobos y nos pegamos
el primer calentón del día.
Nos reagrupamos arriba y seguimos
para adelante. El recorrido de esta edición es nuevo y se ha suprimido el bucle
que se hacía antes para volver a subir de nuevo la Galiana, así que vamos hasta
Casarejos. Antes de llegar a San Leonardo giramos a la izquierda en busca de la
siguiente dificultad de la marcha, el alto del Río Lobos.
En Santa María de las Hoyas abandonamos
el recorrido habitual de otros años y llegamos a la parte nueva de esta
edición. Pasamos por Muñecas y Orillares, hasta llegar a Espeja de San
Marcelino donde está situado el avituallamiento.
Después de reponer fuerzas
continuamos la marcha. Hacemos un pequeño bucle por Espejón y La Hinojosa y
antes de volver a entrar en Espeja de San Marcelino giramos a la derecha en
dirección a Guijosa. El aire que nos ha estado ayudando durante toda la marcha va
a ser ya bastante desfavorable hasta el final.
La ruta sigue por Alcubilla de
Avellaneda y Zayuelas hasta llegar a Fuentearmegil donde volvemos a recuperar
el trazado tradicional de la marcha. Al llegar a Berzosa el grupo de cabeza
está detenido y toca hacer un nuevo reagrupamiento.
Ya no queda mucho pero no hay que
confiarse. Los repechos finales se pueden hacer duros, sobretodo si el calor
aprieta. Nos ponemos en marcha y enseguida se acelera el ritmo en la cabeza. Yo
no quiero calentarme más de la cuenta y me quedo en el segundo grupo hasta
llegar a la última subida donde paro en el sitio de siempre para echar unas
fotos.
Para terminar ya solo tenemos que
dejarnos caer hasta el hotel Río Ucero donde se pone el broche final a la
marcha con un ágape para todos los participantes.
El regreso de la marcha ha sido
una buena noticia para el cicloturismo soriano y esperemos que vuelva a
consolidarse nuevamente en el calendario ciclista.
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