Sábado, 20 de mayo. Marcha Lagos de Covadonga
Siete años sin pasar por Asturias
iban siendo ya demasiados, así que aprovechando
una ampliación en el número de plazas me inscribo en la marcha Lagos de
Covadonga de este año. David Andrés y el Gato ya estaban apuntados, así que
seremos tres los participantes de la Agrupación.
El viernes 19 de mayo a la una de
la tarde los tres participantes en la marcha más la familia de David, Alicia y
David júnior, nos ponemos en camino. Mucho ambiente ciclista en la carretera,
sobre todo de bikers que van a la marcha El Soplao de montaña. Poco más tarde
de las seis de la tarde llegamos a Cangas de Onis donde recogemos dorsales y
damos una vuelta por la feria montada. De allí continuamos hasta Soto de Cangas
donde David consiguió buscarnos alojamiento para todos en el hotel el Molino,
que casualmente resulta ser el mismo donde estuvimos el Gato y yo en nuestra anterior participación el año
2010. Cenamos en Cangas y volvemos pronto al hotel para descansar lo máximo
posible.
El sábado a las siete y media abren el
comedor para desayunar. Cuando bajo David ya está casi listo para irse a la
salida y poder salir en las primeras posiciones. El Gato y yo no tenemos prisa
y le pegamos un buen ataque al generoso buffet.
Llegamos con bastante antelación
a la línea de salida, que ya está a rebosar. Está claro que vamos a salir muy
atrás.
A las nueve empieza la marcha
aunque nosotros no pasamos por el arco hasta casi quince minutos después, algo
más allá del puesto tres mil. Por detrás los grupos que se van formando son pequeños y no van muy deprisa, así que nos vamos juntando con gente que
quiere tirar para adelante, superando a muchísimos ciclistas.
Está primera parte de la marcha
se hace muy rápida, 35 Km./h
de media nos salen en los primeros 50 Km. El primer avituallamiento llega muy
pronto, llevamos solo una hora y media dando pedales así que, según teníamos
previsto, no paramos y seguimos en busca del alto de la Torneria. Puerto de 5 Km. al 7.7% pero con los dos
últimos al 10%, muy bonitos además.
La bajada es un poco peligrosa, pero además de estar señalados con pintura los baches y agujeros hay voluntarios avisando en varias zonas. Bajamos tranquilos y enseguida empieza la subida al alto de la Robellada. Este puerto no tiene mucha dificultad, el asfalto es bueno y la pendiente se mantiene constante al 5-6%.
Hasta Soto de Cangas me lo quiero
tomar con calma y no gastar nada antes de la subida a los lagos. El Gato se va
por delante a la rueda de un ciclista que nos adelanta, yo me lo pienso un poco
pero al final dejo que se vayan. Nos volvemos a juntar en el avituallamiento de
Soto de Cangas, en este sí que hacemos una parada larga, casi 15 minutos.
Continuamos para adelante en
busca de la ascensión que durante muchos años ha sido la más emblemática de la
geografía hispana, tanto por la dureza de sus rampas, como por la
espectacularidad de su paisaje. Y aunque en los últimos años han surgido otros
puertos que le superan en dificultad, la subida a los Lagos de Covadonga sigue
siendo un puerto duro, más de lo que pueda parecer a primera vista viendo sus
números.
Cogemos un pequeño grupo y vamos
tranquilos hasta el Santuario de Covadonga. En las primeras rampas duras con el
Gato primero y yo detrás a su rueda, va y me suelta: “casi tenias que pasar tu
por delante para marcar el ritmo”, pero no sé como lo hizo porque en cien
metros casi me saca cincuenta. Yo creo que no maneja todavía bien la BH nueva y
le dio por equivocación al botón del motorcillo, jaja, porque otra explicación
no tengo. Hasta la meta no le vuelvo a ver, ocho minutillos me cayeron.
Yo pongo mi marcheta con un buen
ritmillo, pero guardando alguna bala por si acaso. Algún ciclista me pasa pero
yo voy adelantando a bastantes más. La verdad es que tengo muy buenas
sensaciones, el día y la temperatura son ideales para mí, el mejor con
diferencia de todas las veces que he subido. Esta vez la Huesera se me hace
mucho más corta, buena señal sin duda.
Pasado el Mirador de la Reina me cruzo con David que ya está bajando, me pega un buen grito, aunque casi ni le veo. A partir de aquí ya está casi todo hecho y pronto llego al final. En la zona de avituallamiento de la meta me está esperando el Gato, que me conoce bien y ya me tiene reservada una buena parcela, aunque esté año he terminado muy bien y no voy a necesitar echarme la siesta, jaja. Además ha reservado la primera fila para el espectáculo que tiene preparado una muchacha, que se despelota allí delante, en medio de todos los que suben y bajan. Se ve que no había un sitio un poco más apartado para cambiarse…
Unas fotos y bajamos hasta el hotel. Allí nos damos una ducha rápida y nos vamos todos para Cangas. Después de comer vemos en una pantalla el final de la etapa del Giro con final en Oropa y victoria para Tom Dumoulin.
Y para terminar el día ya solo
nos faltaba darlo todo en la cena con un “ligero” menú asturiano: sidra, fabes
con almejas, cabrito y arroz con leche.
Domingo, 21 de mayo. Collada Llómena
Para el día siguiente el objetivo es subir un puerto de la lista BIG, la collada Llómena. Lo ideal hubiera sido combinarlo con otra subida de la zona como Amieva o Casielles, pero no tenemos mucho tiempo, así que finalmente solo haremos esta subida.
David hoy se queda con la familia
y solo salimos el Gato y yo. A las siete y media bajamos a desayunar ya cambiados, pero
nos llevamos una buena sorpresa. El comedor esta cerrado a cal y canto, los
domingos no abren hasta las ocho y media. Nos quedamos sin el pincho de tortilla de patatas
que estaba de lujo, una lastima.
Cogemos las bicis y tiramos para
Cangas. A esas horas no hay mucho movimiento pero en uno de los pocos sitios
abiertos podemos tomar un café con un bollo.
Continuamos la ruta por la N-625
que va hasta Riaño en la provincia de León. La carretera va remontando el río
Sella que discurre a su lado, con un paisaje muy bonito como al paso por el
desfiladero de los Beyos. La pendiente es muy suave y vamos tranquilos
disfrutando del entorno. Algo más de 20 Km. después llegamos al Puente Vidosa, donde
podemos ver la gran cascada que cae a nuestra izquierda, al otro lado del río.
Aquí se termina el paseo, giramos
a la derecha y comenzamos la ascensión de la collada Llómena. El puerto no es
muy largo, unos 7.5 Km.,
pero tiene una dureza considerable con una media del 9.2%. La carretera fue
arreglada y ampliada hace unos años y se encuentra en perfecto estado, y aunque
ha perdido un poco del encanto que tenía antes, sigue siendo una subida muy
atractiva.
Hacemos la subida a ritmo tranquilo. En las dos zonas más duras del puerto, con rampas mantenidas del 13-15%, echo mano del 29 para no forzar mucho las piernas, así que terminamos la ascensión bastante frescos.
Al ir justos de tiempo decidimos no complicarnos y volvemos por el mismo sitio, aunque la ruta más normal sería bajando por la vertiente opuesta de Beleño hasta el río Ponga, que por la AS-261 lleva también a la nacional. Aunque sopla un poco de viento en contra el desnivel ligeramente favorable hace que el Gato me lleve con un ritmo bastante ágil, así que llegamos al hotel a la hora prevista.
Y para poner el punto final a este gran fin de semana solo nos falta la última parada en Cangas para tomar algo y realizar alguna compra. Entre quesos, sobaos pasiegos, quesadas... nos llevamos un buen surtido, jeje.