Empiezo la ruta prontito, a las
07:50. Los primeros Km. son un falso llano, bueno para calentar un poco. En
Hospental la carretera se bifurca, a la izquierda se dirige hacía el San
Gottardo y a la derecha, por donde sigo yo, al Furka. Antes de llegar a la
localidad de Realp ya se dibuja detrás la zona de herraduras que suponen el
inicio del puerto propiamente dicho.
Mucha tranquilidad en la subida,
solo alterada momentáneamente por un grupo de motos antiguas que me van
adelantando. No van muy rápido y alguna también sufre en la subida.
Esta parte es bastante constante
sobre el 8%, luego la pendiente es más irregular, pero en general algo más
suave. Una vez superadas las herraduras la carretera va a ser bastante rectilínea,
ascendiendo por la ladera derecha y dejando a la izquierda el fondo del
valle por el que discurre el río y la vía del tren
Corono el puerto, hace bastante
fresquito y como ya paré el otro día hoy sigo para adelante. Termino pronto el tramo llano que hay en la cima y
empiezo la bajada disfrutando de nuevo del espectacular paisaje con el
impresionante Finsteraarhorn (4.274
m.), la cima más alta de los Alpes Berneses.
La parada la hago un poco más
abajo, en el hotel Belvédère. Desde aquí, caminando unos 10 minutos, se accede
a la cueva de hielo del glaciar del Ródano. Antiguamente esta cueva se empezó a
utilizar como nevera y ahora todos los años se excava en el interior del
glaciar un pasillo de unos 100
m. de largo que sirve de atracción turística.
Como algo, unas fotos y continúo
el descenso del puerto. En Gletsch dejo a la derecha la subida al Grimsel, por
donde bajé en la otra ruta, y hoy sigo valle abajo hasta la localidad de
Oberwald donde finaliza el descenso.
Cinco Km. prácticamente
llanos y llego a Ulrichen donde giro a la izquierda para abandonar el valle del
Ródano y encarar la ascensión del segundo puerto del día, el Nufenen.
La ascensión es dura, 13 Km. cercanos al 9% de
pendiente media. Al inicio la subida discurre por una zona de bosque con alguna
curva pero pronto la carretera se abre y viene un largísimo tramo rectilíneo
que va remontando el valle por la ladera derecha para pasar a la ladera
izquierda después de cruzar un puente sobre el río.
Llego a la parte final del valle
y después de una amplia curva a la izquierda comienza la zona de herraduras que
llevan a la cima del puerto. Según voy ganando altura la espectacularidad de
las vistas va en aumento y la panorámica del valle, el glaciar de Gries y las
curvas que he dejado atrás es realmente increíble.
El puerto se corona a 2.478 m. y es el paso de
montaña más alto de Suiza. En la cima hay bastante ambiente. Me tomo una coca
cola en el restaurante y aprovecho también para comer algo antes de continuar
la ruta.
Entro ahora en el Ticino, cantón
donde se habla italiano. Esta vertiente es mucho menos vistosa que la opuesta y
se ve afeada todavía más por las grandes torres de alta tensión que la surcan.
El descenso se hace un poco incomodo por el tipo de asfalto, rugoso y a base de
placas. Además me llevo un pequeño susto al soltarse uno de los pedales al ir a
enganchar la cala después de una parada para echar unas fotos. Lo vuelvo a
enroscar y sigo sin mayor problema, aunque por si acaso termino la ruta casi
sin ponerme de pie sobre los pedales, que para mi no es mayor problema
acostumbrado a subir casi siempre sentado.
Finalizada la primera parte de
herraduras el resto del descenso es prácticamente una recta que después
de superar algunos pequeños pueblecitos me deja a las afueras de Airolo donde
comienza la subida al San Gottardo, el puerto de los adoquines, otro de los
grandes objetivos del viaje.
El San Gottardo ha sido históricamente
una importante vía de comunicación entre Italia y Suiza y Alemania. Además del
paso de montaña utilizado durante muchos siglos, en el año 1882 se abrió un túnel
ferroviario, una gran obra de ingeniería de la época. En 1980 se abrió otro
túnel para la autopista y en 2016 un nuevo túnel ferroviario de 57 Km., el más largo del
mundo hasta la fecha.
Empiezo la subida siguiendo los
carteles indicativos. Esta parte inicial es una maraña de carreteras, viaductos
y galerías. La señalización es buena y no es difícil seguir el camino correcto
que me lleve a la ruta de la vía Tremola. De todas formas hasta que no llego al
primero de los tramos adoquinados no me quedo tranquilo.
Los dos primeros tramos de adoquín
son apenas un aperitivo antes de llegar a los cerca de 5 Km. finales ya adoquinados
por completo. Me sorprende un poco lo bien que se rueda, es un adoquín muy liso
y está colocado perfectamente.
Después de un tramo recto y tras
cruzar un puente sobre el río empieza la sucesión de curvas de herradura que
caracterizan la subida.
Según se va ascendiendo el puerto
es cada vez espectacular tanto por la panorámica de las curvas ya superadas,
como por la visión al frente de la montaña rasgada por la galería de la vía
rápida para automóviles.
Ya cerca de la cima me encuentro
con un carruaje tirado por caballos que está bajando el puerto. Ahora una
atracción turística pero que pone de manifiesto la larga historia que tiene este
paso alpino.
Casi coronando me pilla un
pequeño aguacero y en la cima tengo que buscar refugio rápidamente. Por suerte
no dura mucho y pronto vuelve a lucir el sol. Esta subida es una de las que más
he disfrutado, la ascensión al San Gottardo es una ascensión única y diferente,
muy especial.
Para terminar la ruta ya solo
tengo que dejarme caer hasta el punto de partida en Andermatt. La bajada por
esta vertiente tiene también en su inicio un tramo adoquinado, un poco incomodo
para bajar, pero que atravieso a buena velocidad y se termina pronto.