El sábado 7 de abril se celebra
la II Ruta del Cuévano, organizada por la Agrupación Ciclista Adnamantina. Este
año la ruta diseñada es de unos 33
Km. que combinan caminos y sendas, pero sin una gran
dificultad.
Con este año que llevamos
pretender que el tiempo nos acompañe es casi un imposible. La tarde anterior ha
llovido bastante y la mañana empieza también con una ligera lluvia y la
previsión de que continúe así. Con este panorama la participación se resiente y
a la hora de salida somos 28 los “valientes” dispuestos a afrontar la ruta.
Todos con el chubasquero puesto
hacemos la foto de grupo y salimos en dirección a Tejerizas. Comienzo fácil por
pista para ir entrando en calor y pasado el pueblo nos metemos ya en el monte,
que lógicamente está rebosante de agua. Por suerte remite la lluvia y se va
quedando una mañana bastante mejor de lo esperado.
Los caminos aún han aguantado la lluvia pero las sendas no tanto, y algunas de las que cogemos parecen riachuelos de tanta agua que tienen.
Pasadas las sendas seguimos por
caminos y pista hasta bajar al valle, donde tenemos que cruzar el arroyo que baja
con agua en cantidad.
Del valle subimos hasta el Cuévano
donde está dispuesto el avituallamiento.
Ha empezado de nuevo a llover un
poco y con el parón enseguida nos quedamos un poco fríos. Aunque el café bien
caliente nos ayuda un poco no alargamos demasiado la parada y después de
hacernos otra foto de grupo reemprendemos la marcha.
Nos dirigimos a la autovía para
cruzar al otro lado un poco más al sur. Subimos un poco por el camino para
coger la senda que nos deja en el valle de las mariposas.
La lluvia ha durado muy poquito y
se vuelve a quedar buena mañana. Ahora bajamos el valle de las mariposas con el
arroyo de Valdelacasa bien cargado también de agua. Tenemos que cruzarlo varias
veces y ya que apenas nos ha llovido aprovechamos aquí para mojarnos un poco,
jaja.
Ya estamos casi finalizando.
Subimos hasta el cortafuegos de la Cañada Real y de allí bajamos hasta la pista
de la antigua nacional y para terminar hacemos la senda al campo de tiro.
Llegamos a la Plaza Mayor otra
vez con la lluvia presente pero ya poco importa, al final hemos salvado el día
mucho mejor de lo que se podía esperar y hemos pasado una divertida mañana.