Hoy toca la etapa reina del viaje,
un clásico de Suiza y los Alpes. Una ruta circular de 133 Km. y 3.800 m. de desnivel con
los puertos de Grimsel (con el añadido del Oberaarsee), Furka y Susten. Si se
quita la subida al Oberaarsee se quedaría en diez Km. menos, pero esto sería
imperdonable. Esta ruta supone un cambio radical con las anteriores, pasando de las pequeñas y empinadas carreteras a los grandes pasos alpinos con porcentajes mucho más asequibles.
La mañana es esplendida, ya no
queda ni rastro de la tormenta de la tarde de ayer. A las ocho y media salgo de
Innertkirchen en dirección sur tomando la carretera del Grimselpass y dejando a
la izquierda la que va al Sustenpass, que será por donde bajaré para completar
la ruta.
El Grimsel es un puerto largo,
veintiséis Km., de pendientes muy irregulares que va remontando el río Aare.
Durante muchos Km. la subida no tiene nada de especial, hasta que se llega a un túnel, con la circulación prohibida para ciclistas, donde hay que tomar una bonita
carretera alternativa con un tramo adoquinado.
La pendiente aumenta y se va a
situar sobre el 8% hasta el final, exceptuando un par de descansos. Superado el
túnel y ya de nuevo en la carretera general pronto va a aparecer la primera de
las presas que nos encontramos en esta ascensión, la de Räterischsboden.
Terminado el tramo llano del embalse enseguida aparecen las dos presas
que tiene el Grimselsee
Superadas las dos amplias herraduras
que llevan hasta este embalse la panorámica es grandiosa. Detrás de la presa
del Grimselsee se puede ver la montaña del Lauteraarhorn (4.042 m.).
Desde la presa del Grimselsee se accede al Grimsel Hospiz,
situado en un promontorio rocoso entre las dos presas del embalse, y actualmente convertido en hotel. Las vistas desde allí tienen que ser interesantes pero hoy ya voy bien servido así que sigo para adelante.
Ya solo me falta para coronar el
puerto un tramo con cuatro herraduras, de nuevo con vistas impresionantes de
los lagos que he dejado atrás.
Cuando llego a la cima situada a 2.164 m. de altitud enfilo
directamente a la pequeña carretera que sale a la derecha en dirección al
Oberaarsee. Esta ruta de algo más de cinco Km. es de tráfico alternativo para
subir y bajar.
En cuanto asciendo un poco y echo
la mirada atrás la panorámica con toda la parte final del puerto es bestial. Se
me acaban ya los adjetivos, jaja.
Avanzo por encima del Grimselsee,
en una carretera excavada en la pared rocosa de la montaña que se va adentrando
en un increíble paisaje glaciar que culmina con el último de los lagos, el
Oberaarsee (2.350 m.
de altitud). Una autentica maravilla este recorrido, imprescindible si se sube
el Grimselpass.
Toca volver por el mismo sitio y
para abandonar la presa tengo que superar una rampa del 15%, la más dura de la
ruta de hoy. De nuevo en la cima del Grimsel otro lago más, el
Totensee (Lago de los Muertos).
La bajada por la otra vertiente hacia el valle de Goms en el cantón de Valais es uno de los momentos más esperados del
viaje. Este valle, donde nace el Ródano, ofrece una panorámica excepcional del
Grimsel y en frente el Furka y el glaciar del Ródano. Una de las grandes
postales de los Alpes, y un lugar mítico que ya puedo tachar de la lista de
pendientes.
Bajo las seis herraduras del
Grimsel y en cinco Km. llego a Gletsch.
Ahora tengo que girar a la
izquierda para encarar la subida del Furka. Desde Gletsch son diez Km. a algo
más del 6%, bastante llevaderos, aunque tiene un tramo de tres Km. al 8% que se
agarra algo más. De salida hay que superar tres herraduras, casi enfrente de
las del Grimsel que acabo de bajar, y que desde aquí se pueden observar perfectamente.
Luego viene un largo tramo rectilíneo
donde nos vamos aproximando a las herraduras del Furka y podemos ver la cascada
del Ródano. A principios del siglo pasado la lengua del glaciar cubría toda la
pared de la montaña, llegando hasta el valle. Actualmente ha disminuido muchísimo,
incluso en verano una parte del glaciar se cubre para evitar su deshielo.
Después de una amplia curva de
vaguada a la izquierda encaro el tramo de las siete herraduras que tiene el Furka.
Desde esta parte las vistas del
valle y la subida del Grimsel son también espectaculares.
En la cima, a 2.436 m. de altitud, hace un
poco de viento pero la temperatura no esta mal. Es hora de comer y en un puesto
ambulante me tomo una buena salchicha y una coca cola. Una pareja de moteros
españoles (bueno ella era colombiana si no recuerdo mal) me echan la foto en el cartel y charlamos un poco.
Cuando voy a coger la bici el
garmin ya se ha apagado, hoy también tendré que terminar la ruta sin datos. Ahora
tengo más de treinta Km. de descenso, ya en el cantón de Uri. Por aquí volveré
a pasar en sentido contrario en una ruta posterior, así que hoy no me
entretengo mucho y dejo las fotos para otro día.
Dejo a mi derecha la localidad de
Andermatt, que será mi siguiente alojamiento, y continúo bajando. Ahora la
carretera atraviesa un estrecho desfiladero muy bonito con túneles y curvas
enlazadas, aunque el intenso tráfico y las obras (tengo que parar un par de
veces) hace que no lo disfrute del todo y se haga un poco pestoso.
En Wassen se termina el descenso
y comienza la subida al Sustenpass. Son las tres de la tarde y en el valle hace
muchísimo calor, así que antes de comenzar a subir paro en una fuente a
refrescarme un poco y rellenar bidones.
El Susten es el puerto más duro
de hoy, con una media del 7.6% en diecisiete Km. Al inicio tiene un tramo por
zona de bosque pero pronto se abre y ya va a ser así hasta el final.
Enseguida veo que me va costar
llegar a la cima. El sol pega con fuerza y se empieza a notar toda la dureza
anterior, además el trazado del puerto no ayuda mucho. La carretera va
ascendiendo por la ladera derecha del valle en una recta interminable que
psicológicamente se hace muy dura. Aún siendo un puerto bonito esta parte se
hace un poco monótona.
Mucho rato después la carretera
gira a la izquierda y cambia un poco la visión. Ahora el puerto si que ofrece
unas vistas impresionantes, sobretodo del valle que he dejado detrás.
Ya me estoy acercando al final de
la subida, una gigantesca zeta que rasga la pared rocosa que cierra el
valle. Espectacular esta parte final.
Y por fin llego a la boca del
túnel, situado a 2.224 m.
de altitud, por el que se accede al otro lado. El tercer dosmil del día ha caído,
aunque me ha costado más de dos horas superarlo. Lo peor de hacer la ruta en este sentido es encontrarse el Susten al final. Con las fuerzas justas se puede hacer durísimo.
Atravieso el túnel y voy
derechito al bar a por una coca cola bien ganada, que me tomo sin prisa en la
terraza del local. En estas ocasiones doy por bueno el sablazo que te meten,
jaja. Foto de rigor en el cartel y a seguir la marcha.
En la cima vuelvo a cambiar de
cantón y entro de nuevo en el de Berna. Esta vertiente es mucho más
larga, casi treinta Km., más tendida y con un paisaje más variado. En la
parte superior el protagonista va a ser el glaciar Stein y el lago que forma.
El sol está cayendo y me
fastidia un poco las fotos, así que tiro menos que de costumbre. Otro de los
sitios característicos de esta vertiente es esta cascada que cae por encima del
túnel por el que pasa la carretera.
Casi son las siete de la tarde
cuando termino la ruta, me voy superando, jaja. Unas diez horas y media he
tardado. Llego con el tiempo justo para ducharme, tomar una cervecita y cenar.
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