martes, 4 de julio de 2017

Suiza 2017. Ruta 2. Grosse Scheidegg y Männlichen

Después de la etapa de ayer con una dureza contenida, hoy toca una ruta con bastante más dificultad. El protagonista del día es el Grosse Scheidegg, el puerto suizo que más ha llamado mi atención desde que tuve conocimiento de su existencia hace ya muchos años. Siempre ha estado el primero de mi lista, a la que luego se fueron sumando otros como Grimsel, Furka, Susten, Nufenen, San Gottardo, Naret...




A las 08:35 inicio la ruta en una mañana con un cielo ya completamente despejado y buena temperatura. Salgo en dirección a Meiringen y ya de salida comienzo a subir el alto que separa Innertkirchen de Meiringen. Son solamente tres curvas de herradura que pronto se superan, luego apenas unos metros de bajada y ya me desvío a la izquierda para coger la carretera del Grosse Scheidegg. Enseguida el puerto se pone serio y llegan algunas de las rampas más duras al 14-16%. Durante casi siete Km. la pendiente siempre va a estar sobre el 10%. La carretera va remontando el río que muy cerca de aquí se precipita al valle en la cascada de Reichenbach, famosa por ser donde Arthur Conan Doyle situó la muerte de Sherlock Holmes al caer al vacío junto a su enemigo el profesor Moriarty. En esta parte se va alternando alguna zona abierta con tramos de bosque cerrado en los que apenas entra la luz.




Pasado este duro tramo llego al primer descanso del puerto que se prolonga durante dos Km. hasta llegar a Rosenlaui. Estoy ahora en un amplio valle con un paisaje realmente impresionante, con el río a la izquierda y delante el Wetterhorn (3.692 m).




Pasado Rosenlaui llega otro Km. duro y luego el segundo descanso del puerto, que se prolonga durante otro Km. hasta llegar a Schwarzwaldalp.





A partir de aquí todavía quedan algo más de cinco Km. a más del 9% que comienzan con la rampa más dura de todo el puerto, una tremenda recta que alcanza el 16%.



Impresionante el trazado de la carretera en estos últimos Km., con el Wetterhorn presidiendo la subida.







La carretera está cerrada al tráfico y a pesar de ello aquí pillo un pequeño atasco, jeje.





Las vistas de lo que voy dejando atrás son también espectaculares.








Y finalmente llego a la cima situada a 1.962 m. de altitud, después de 18.5 Km. de ascensión al 7.2% de pendiente media. Señalar que está media es un poco engañosa, ya que los tres Km. casi llanos hacen que baje bastante, porque el resto de Km. son todos al 9-10%. Realmente el puerto me ha impresionado, superando incluso las expectativas que ya de por sí eran muy altas. Uno de los más bonitos que he subido nunca, imprescindible para todos los amantes de los puertos.





En la cima aguarda también uno de los grandes atractivos del puerto, la montaña del Eiger (3.970 m.), cuya afilada silueta se puede contemplar en todo su esplendor desde aquí. La mítica cara norte del Eiger, el muro asesino, se ha cobrado 66 vidas desde los años 30 del siglo pasado, cuando los alpinistas de la época se lanzaron a su conquista.




  
Tenía la intención de tomar algo en el Berghotel, pero como he perdido bastante tiempo echando fotos, después de comer algo me voy para abajo en dirección a Grindelwald.





El descenso por esta cara es vertiginoso con unos porcentajes durante siete Km. de más del 10%. Mientras voy bajando me vienen a la cabeza las imágenes de la vuelta a Suiza del 2010 cuando Peter Sagan cazo a Damiano Cunego en la bajada y luego le gano sin problemas en la meta de Grindelwald. Una bonita etapa que unos días antes del viaje he vuelto a visionar.





Llego a Grindelwald, localidad turística con mucho ambiente, y después de rellenar bidones busco el inicio de mi próximo objetivo, la subida a Männlichen. Al segundo intento encuentro el camino correcto y empiezo la subida. Por delante casi 14 Km. a más del 9%, un bicharraco de cuidado. Al igual que el Grosse Scheidegg la carretera es estrecha, de las que me gustan a mí, y también está cerrada al tráfico.

La carretera discurre por zona de praderas, salpicada al principio por bastantes casas aisladas. Los primeros tres Km. son suaves pero pronto me encuentro la primera sorpresa, la carretera está en obras y tengo que coger un desvío con una rampa de cuidado para luego volver a bajar otra vez a la ruta buena, menuda gracia. Al poco rato otra vez está cortada pero esta vez sigo para adelante a ver que me encuentro. Pues una zanja de lado a lado de la carretera, con más de un metro de profundidad y una excavadora dentro. Como no hay nadie trabajando paso la zanja como puedo y tiro para adelante. Por suerte ya no me vuelvo a encontrar más cortes en lo que resta de subida.



Pasado Aspen el puerto ya no da tregua, los siguientes seis Km. son al 10% de media. En esta parte la carretera pasa por alguna zona arbolada pero en su mayor parte es zona de praderas que permite admirar la espectacular panorámica de la cadena que forman el Eiger, el Monch (4.107 m.),y el Jungfrau (4.158 m.), además del valle de Grindelwald que vamos dejando detrás.



Después de este tramo viene un pequeño llano para afrontar a continuación la durísima parte final con cerca de cuatro Km. al 12%. Entre las exigentes rampas, todo el desnivel que llevo acumulado y el sol que pega ya con ganas, me cuesta bastante llegar arriba. Por suerte las impresionantes vistas compensan el sufrimiento.







Desde Grindelwald se puede subir también en teleférico, así que la cima está muy concurrida, y desde luego que merece mucho la pena subir hasta aquí. Por un lado el valle de Grindelwald, por el otro el de Lauterbrunnen, y toda la impresionante cadena de cuatromiles de los Alpes Berneses. Mira que he estado en cimas bonitas, pero la verdad que esta es difícil de superar.








Me tiro un buen rato arriba, pero tengo todavía muchos Km. por delante, así que toca continuar la marcha. En la bajada se me agota la batería del GPS. Llevo un tiempo que me está dando problemas y no será el único día que me pase. Cuando llego a la zona de las obras como ahora sí están trabajando no tengo escapatoria. Me toca tirar por los rampones de los dos desvíos, así que paso de golpe del plato grande a tener que meter casi todo.



Ya en Grindelwald tengo que continuar valle abajo hasta Interlaken. Esta parte es un poco pestosa por el intenso tráfico, acostumbrado además a la tranquilidad de los puertos anteriores, pero el desnivel favorable hace que llegue pronto hasta la orilla del Brienzersee.



Aquí la ruta prevista era bordear el lago por el norte, pero he llegado a la parte sur, a una carretera que se dirige a la localidad de Iseltwald. Pregunto a una chica que va en bici si por allí se va a Meiringen y como me dice que sí me voy por ahí. La estrecha carretera, muy bonita, al principio va junto al lago.







Pero pronto empiezan las sorpresas. Antes de llegar a Iseltwald tengo que subir un duro repecho y luego volver a bajar otra vez hasta el lago. Ya me estoy oliendo la encerrona. Viene luego otro repecho corto pero duro y luego otro más largo. Pero ahora viene lo peor, el asfalto desaparece y tengo que continuar por un camino.





Por suerte en su mayor parte se puede pasar bastante bien con la bici de carretera, excepto el tramo final que termina en el Grand Hotel de Giessbach. En esta parte se convierte en un sendero por una zona de bosque, en bajada y con muchas raíces, así que me toca andar un rato.








Superado el hotel regresa el asfalto. Enseguida llega la bajada definitiva al valle y allí continúo hasta Meiringen por una tranquila carreterilla con una buena vista de la cascada de Reichenbach.




A la altura de Meiringen cojo la carretera general y para llegar a Innertkirchen ya solo me queda superar el alto que separa las dos localidades. Casi son las seis de la tarde cuando termino la ruta. Unos 110 Km. y 3.200 m. de desnivel acumulado aproximadamente. Desde que se apago el Garmin he completado yo el track, pero no creo que varíen mucho los datos.

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