Un año más llega el mes de julio y toca ponerse
en marcha en busca de nuevos puertos que ascender. El viaje de este año tiene
un único destino: Suiza, país por el que anteriormente solo he transitado unos
pocos Km. en el año 2015 en la bajada del Umbrailpass, en busca del passo del
Stelvio por la vertiente de Prato.
El sábado uno de julio a las siete de la mañana
me pongo en marcha. Por delante me esperan en este primer día algo más de mil
doscientos Km. Sin ningún contratiempo, a las ocho de la tarde llego a mi
destino, un hotel en las proximidades de Annecy, muy cerca ya de la frontera
con Suiza. Pongo un poco la tele y puedo ver el resumen de la primera etapa del
Tour (CRI en Dusseldorf). No ha empezado muy bien la carrera. Valverde y Ion
Izaguirre se han caído y han tenido que abandonar. Después de cenar un poco me
voy rápido a dormir, que entre el madrugón y la paliza del viaje estoy ya que
me caigo.
El domingo amanece cubierto, con algunas nieblas
y temperatura no muy alta, en la línea de toda la semana, que ha sido más
otoñal que veraniega. A las ocho bajo a desayunar y a las nueve ya estoy listo
para continuar viaje.
La intención es dirigirme a la localidad de
Reichenbach donde comienza la subida a Griesalp, la primera que tengo prevista.
Lo pongo en el gps y veo que la ruta que marca no pasa por Berna como yo tenía
pensado, y sale algún Km. menos, pero no le doy mayor importancia al ver que el
destino está situado en la zona donde voy.
Cuando salgo ya ha empezado a llover y no pinta
muy bien. Enseguida llego a la frontera. En Suiza no hay peajes, solamente es
necesario comprar la “vignette”, una pegatina que cuesta unos 40 € y sirve para
circular por todas las autopistas durante todo el año. No tengo intención de
sacarla así que tiro para adelante sin mayor problema.
Paso Ginebra, Nyon, Lausanne, y más adelante
salgo ya de la autopista. Unos Km. después giro a la derecha y me encuentro con
el cartel de inicio del Jaunpass. Esto ya no me cuadra mucho pero sigo
adelante. Sigue lloviendo. Adelanto a un grupo de ciclistas que están subiendo
el puerto a pesar de la lluvia. Van bien equipados, se ve que están
acostumbrados a rodar con agua.
La vertiente por la que bajo tiene un paisaje espectacular,
aunque la visibilidad no sea muy buena. Termino la bajada y llego al destino.
Reidenbach veo en la señal de entrada al pueblo. El nombre es casi igual al del
que tenía que llegar, pero resulta que está a algo más de 30 Km. de distancia. Son tan
parecidos que sin darme cuenta lo he debido seleccionar mal en el gps. Por
suerte la metedura de pata tampoco me supone un gran contratiempo.
Como sigue lloviendo me replanteo la situación.
La subida a Griesalp en su mayor parte es bastante suave pero tiene tramos muy
duros y sobretodo un Km. durísimo a casi el 17% y con rampas que llegan al 28%.
Según está el día no me hace mucha gracia tener que bajar por ahí con el suelo
mojado, así que descarto intentar esta subida. Esperando que el tiempo mejore sigo
en dirección al pueblo donde tengo el hotel, Innertkirchen, situado en el
cantón de Berna.
Pasado Interlaken tengo otra de las subidas posibles,
Axalp, pero como la lluvia no cesa paso de largo y me dirijo al hotel. La
última opción que me queda es la subida a Engstlenap que comienza en
Innertkirchen, pero cada vez soy más pesimista. Después de comer y descargar el
equipaje, en vista de qué el tiempo no mejora, desisto definitivamente de
pedalear en esta jornada.
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