Como hoy me toca cambio de alojamiento con un
pequeño traslado solamente tengo previsto realizar una subida. La ruta va a ser
corta, 37 Km.
con 1.200 m.
de desnivel, que además me vendrá bien para recuperar fuerzas después de la
dura jornada anterior.
A las nueve y diez salgo por la carretera del
Sustenpass y pronto dejo atrás las últimas casas de Innertkirchen.
Subo a un ritmo tranquilito aprovechando la
buena carretera y la pendiente asequible. Atravieso el pueblo de Wyler y un poco
después, cuando llevo algo más de cuatro Km. de ruta, llego al desvío que tengo
que coger a la izquierda.
Ahora la carretera es mucho más estrecha y con pendientes
duras, del 10% durante tres Km., aunque el asfalto sigue siendo perfecto. Esta
parte discurre en su mayor parte por un cerrado y umbrío bosque, aunque tiene
algún tramo más abierto con alguna vista espectacular al valle.
Paso por la caseta del peaje para vehículos y a
partir de aquí entro en un valle increíble. La pequeña carretera va ascendiendo
suavemente por un estrecho valle con unas paredes laterales por la que caen
numerosas cascadas. Unos Km. que son un autentico deleite.
El paseo se termina y poco a poco la pendiente
va aumentando. Ahora la carretera sube por la ladera izquierda del valle, y
aunque sigue un trazado bastante lineal tiene alguna curva de herradura que
hace que también pueda disfrutar con la vista del valle que dejo atrás.
Esta última parte es bastante dura, unos cinco
Km. al 9%, pero constante y sin rampas, así que pongo una marcheta suavecita,
que las piernas no están hoy para muchas alegrías, hasta llegar al final de la
carretera a 1.835 m.
de altitud.
No me quiero ir sin acercarme hasta el lago de
Engstlen que no está muy lejos, pero esta parte la tengo que hacer a patita. El
primer tramo es por un camino pedregoso que hago caminando por el borde para no
cargarme las calas de las zapatillas y luego después sigo por un sendero de
hierba mucho más cómodo que me lleva hasta la orilla del lago.
Aprovecho el magnifico entorno
que ofrece el lago y sentado en la pradera junto a la orilla doy buena cuenta
del sándwich y el bollicao que serán el avituallamiento de hoy.
En la bajada como siempre toca hacer
el reportaje fotográfico y disfrutar de las bonitas estampas que deja el
descenso.
Terminada la ruta cargo la bici
al coche, me lavo un poco y salgo para Andermatt. El viaje es corto, apenas
sesenta Km., aunque el paso por el Sustenpass y el tramo de obras antes de
llegar hace que se alargue un poco.
El alojamiento es un poco
peculiar. Con el código que me han enviado recojo en un buzón la llave del apartamento.
Tras una puerta de la planta baja del edificio se oye un poco de ruido de
maquinaria, abro y me encuentro que es una serrería. Vaya sitio raro pienso. El
apartamento es amplio, sin muchas florituras, pero está bastante nuevo. Después
de ducharme y comer paso la tarde instalándome, haciendo la compra y dando una
vueltecita por el pueblo.
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