Para el fin de semana del 12 de
octubre el amigo Juan nos ha preparado un viaje a su tierra, Salamanca. Con dos
rutas en bici previstas, un poco de turismo, y mucha gastronomía el plan
promete.
El viernes después de comer nos
ponemos en camino. Nuestro primer destino es el pueblo de Candelario, desde
donde iniciaremos la primera ruta. Aunque en total el grupo va a ser de siete
hoy viajamos solo seis y el sábado se unirá a nosotros David que viajará de
madrugada y llegará para hacer la ruta.
Primera parada en Peñafiel para
tomar un café y después de pasar Salamanca nos metemos una buena cena en un
mesón de Cuatro Calzadas. Ya en Candelario damos una vuelta por el pueblo y a
descansar.
El sábado esperamos a David, que
se ha pegado un buen madrugón para llegar, y desayunamos ya todos juntos. Para
la ruta ciclista de hoy tenemos prevista la ascensión a la estación de la
Covatilla.
Empezamos la ruta descendiendo
por la carretera a Béjar aunque pronto nos desviamos a la izquierda por la
carretera del Castañar y tenemos que subir un duro repecho hasta llegar a la
plaza de toros de La Ancianita, una de las más antiguas de España. Tenemos
suerte y justo la abren en ese momento y podemos verla por dentro.
Después de la interesante visita
seguimos bajando hasta llegar a Béjar. Aquí empieza la larga ascensión a la
estación con 17 Km.
de longitud y 1.000 m.
de desnivel. Los primeros Km. no tienen mucha dificultad y el más duro solo va
a alcanzar un 6% de pendiente media.



Al girar a la derecha y dejar la
carretera que se dirige al Barco de Ávila el viento se empieza notar y sopla
fuerte lateral y en contra. Aquí tenemos primero una zona descanso y
a continuación empezamos la parte dura de la ascensión con 4 Km. casi al 10% de pendiente
media. Vamos subiendo cada uno a su ritmo superando las duras rampas hasta del
16% y la fuerza del viento que se empeña en dificultar todavía más la escalada.
El resto de la subida es un poco más fácil, aunque siga teniendo alguna rampa
del 15%, pero prácticamente no se nota al tener que vencer el tremendo aire que
sopla más fuerte según vamos ganando altura y que en la parte final nos deja
totalmente clavados. Poco a poco vamos llegando todos a la cima, solo nos ha faltado Juan
que no ha podido con ella.
Bajamos con precaución por el
aire, aunque el único problema que tenemos es un pinchazo. Reparamos y seguimos
bajando hasta coger a la izquierda la bonita carretera que lleva de Navacarros
a Candelario.
Cargamos bicis y nos vamos a
Santibáñez de la Sierra donde comemos hoy. El pueblo es pequeño y las calles
estrechas y empinadas, se nota que es festivo y nos cuesta encontrar
aparcamiento. El restaurante está hasta la bandera y tenemos que esperar un
poco para que nos den mesa. La comida de lujo con un buen primero y de segundo varios platos de distintas
carnes para compartir, todas muy buenas.
Terminamos bastante tarde y nos
vamos a visitar algunos de los bonitos pueblos de la zona. La primera parada en
Miranda del Castañar.
Seguimos con la visita a Mogarraz
y sus casas con las fachadas llenas de retratos de las personas que vivían en
el pueblo en los años sesenta.
Terminamos ya de noche en La
Alberca, donde tenemos reservado el alojamiento para esta noche. Después de
pasar por el hotel solo nos queda tiempo para acercarnos un momento hasta su
bonita plaza. Luego nos vamos a El Casarito donde en un asador nos espera una
buena carne a la brasa. Lastima que con todo lo que hemos comido y lo tarde que
hemos terminado no tengamos ya mucha hambre. Después de cenar vuelta al hotel de
La Alberca y primera jornada concluida.
El domingo es el turno de la Peña
de Francia. Hoy el tiempo es más desfavorable y al fuerte
viento se suma un cielo cubierto, nieblas en la parte alta, y una temperatura
bastante inferior al día de ayer. La ruta prevista era un poco más larga pero
con estas condiciones se va a quedar en subir la Peña de Francia y vuelta por
el mismo sitio.
Desayunamos y nos ponemos en
marcha. Empezamos con frío bajando hasta el río Francia pero enseguida vamos
entrando en calor en el duro repecho posterior que nos deja en El Casarito.
Aquí nos desviamos a la izquierda por una estrecha carretera muy bonita. Este
tramo no dura mucho y pronto llegamos a la carretera más ancha que viene de El
Cabaco y que ya nos va a llevar hasta el alto.
Desde aquí nos quedan unos 10 Km. con algo más del 6% de
pendiente media, bastante constantes y sin ninguna rampa especialmente dura.
Protegidos del viento por el bosque subimos hasta la fuente donde hemos quedado
en parar y reagruparnos.
Seguimos subiendo hacia el paso
de los Lobos y nos metemos ya en la niebla que cubre la cima. La temperatura va
cayendo y al abandonar la protección del bosque empezamos a sufrir la fuerza
del viento que además coincide con las rampas más duras de la subida. Hacemos
una parada en el paso de los Lobos, pero entre la niebla y el aire allí no se
puede estar y continuamos para adelante sin esperar a todos.
La niebla levanta un momento, lo
justo para sacar un par de fotos, pero más arriba esta totalmente cerrada y el
viento y el frío van aumentando. En las dos herraduras del final y la recta
anterior las rachas son bestiales y tenemos que agarrarnos fuerte del manillar
para poder mantener el equilibrio. Cuando coronamos el garmin marca 5º, aunque
la sensación térmica es todavía menor, así que buscamos rápidamente refugio en
la cafetería. Una pena que nos perdamos las magnificas vistas que se pueden
disfrutar desde aquí en un día despejado.
Un café calentito nos da la vida
y nos vamos preparando para salir afuera. Nos ponemos toda la ropa que hemos traído, unos periódicos
que amablemente nos deja la encargada de la cafetería, además de una bolsa de
basura para José Luis, que hace de chubasquero improvisado. Nos hacemos una foto rápida y sin perder más tiempo empezamos a bajar.
Con la niebla y el viento bajamos
tranquilos, aunque al final resulta menos peligroso de lo que habíamos
previsto. Una vez que dejamos atrás la niebla paramos a reagruparnos y vemos
que David no llega. Subimos a buscarlo y lo encontramos pinchado en una curva
un poco más arriba. Cambiamos la cámara y seguimos la ruta de regreso a La Alberca, ahora en esta parte más baja con una condiciones más favorables.
En el hotel podemos darnos una
ducha rápida y salimos para Salamanca donde tenemos la reserva para comer. Breve
paso por Tamames, el pueblo de Juan, y llegamos a Salamanca. David continúa
viaje para Almazán y el resto damos una vuelta por la Plaza Mayor, tomamos una
caña en el mesón Cervantes, y nos vamos a comer.
Otra buena comida que nos metemos y después una última visita turística por la ciudad con la catedral,
la universidad y la casa de las conchas.
Con esto ponemos el punto final a
este gran fin de semana en el que todos hemos disfrutado a lo grande. Y como no,
dar las gracias a Juan que ha sido el artífice y organizador del mismo, con un resultado inmejorable.